Los colores en boga eran los neutros, como crema, oro, mostaza, verde salvia y tonos apagados de rojo y azul; estuvo especialmente de moda la combinación verde-amarillo, conocida como greenery yallery. Durante la dinastía Han los vestidos tenían la misma tipología, aunque eran más suntuosos, adornados con oro, plata y jade. Hacia finales de la dinastía Zhou se adoptaron los pantalones, por influencia de las tribus de las estepas de Asia Central.