Desde un punto de vista marxista, Theodor Adorno percibía lo kitsch en términos de lo que él llamaba la industria cultural, donde el arte es controlado y planeado por las necesidades del mercado y es dado a un pueblo pasivo que lo acepta. El club años después se convirtió en pieza principal de la historia del club pese a su origen sevillista. El árbitro debe ser informado del nombre de los sustitutos.